domingo, 4 de enero de 2015

Comparto comentario en "La Cigueña de la Torre"

Ayer publiqué un comentario en una entrada sobre el reciente artículo de Vittorio Messori sobre el Papa (leer aquí).
Como lo voy a seguir desarrollando, se los comparto ahora, remarcando lo que el formato me permite:


Yo creo que la cuestión de fondo es una crisis de fe en toda la Iglesia de consecuencias inimaginables.
Una crisis que sinceramente se potenció con el Vaticano II (quizás a pesar de los padres conciliares).
1) Si uno hurga un poco, el catolicismo hoy está protestantizado (el subjetivismo, la religión a la carta, la falta de referencia a la Jerarquía y al Magisterio es moneda común). No en vano Leonardo Boff, que ahora defiende a Francisco, ha dicho hace un tiempo que es el primer Papa que responde a Lutero. Los 500 años de la Reforma le darán la razón.
2) Vivimos en un relativismo religioso superlativo: el pseudo-ecumenismo está a la vista, tanto que la Dominus Iesus (atacada por los que hoy están de parte del Papa) ya es arqueología religiosa.
3) Y se plantean “nuevas búsquedas de la verdad”, “nuevos caminos”, y un enfrentamiento entre doctrina y pastoral desproporcionado.
Ahora bien: En este marco opino que el Papa Francisco no puede, o no quiere, o no le afecta, o bien potencia muchas de las anteriores cuestiones. Eso si, abiertamente. Obstinadamente. Con un doble discurso hacia dentro de la Iglesia y otro hacia el mundo, acomodaticio, populista y lleno de palabrerias sin fundamento. Busquen cuando habla del Espíritu: entre diversidad, armonía, pluralidad, unión, manifiesta un confusión que desconcierta.
  • El Papa es jesuita. Pero entre San Ignacio y San Francisco Javier han pasado muchos. Y si uno ve la lista (Karl Rahner, Arrupe, Martini, hasta Hans Kung, de quien hoy piden su rehabilitación) hay mucha distancia. La Compañia de Jesús hace décadas que perdió el norte y la fe. Y Bergoglio es hijo de la Compañia.
  • Al Papa le gusta ser populista. Nunca le dice al mundo cuestiones que le pueden ofender. Ni al mundo ni a otras religiones. A propósito. La reforma de la Curia tan anunciada no va a resolver el problema de fondo de la crisis de fe. A lo sumo, como ahora vemos, llevará a Roma a sus adláteres y obnubilados con su estilo. Pero nada más.
  • El Papa construyó su rol basado en un personalismo exagerado, basado en las formas y no en el fondo de custodiar la fe. Se la pasa juzgando y condenando a todos los católicos que tratan de vivir en gracia y amando a Cristo y a la Iglesia a pesar de sus caídas. Y en eso es inmisericorde.
  • Y como Papa, usa su autoridad cuando le conviene. En la Relatio final hizo agregar la cuestion de los divorciados y homosexuales a pesar que los padres sinodales las rechazaron. Y, como ejemplo más sutil, es el Papa que en más causas de beatificación y canonización utilizó la via directa (sin segundo milagro), mucho más que todos los Papas anteriores.
Me quedan dos dudas: ¿Se vendrá el Vaticano III? ¿O usaran “lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo” para aprobar todas las cuestiones que se les ponen en contra?


Agrego ésto por ahora:
El Concilio Vaticano III es un viejo sueño de... Hans Kung y sus colegas. A partir de 1965 comenzaron a dejar correr que el Vaticano II no alcanzó, que todas las reformas que quería poner en marcha Juan XXIII se truncaron con su muerte y que Pablo VI no estuvo a la altura de las reformas que la Iglesia necesitaba. Consecuencia de esta presión fue el desprecio con el que trataron muchos obispos y teólogos a la "Humanae Vitae", por lo que Pablo VI no volvió a escribir ninguna encíclica hasta su muerte. Y por lo que esta corriente teológica (que después inocula toda su práctica en la Teología de la Liberación) comienza a oponerse al "centralismo romano" (desde Alemania) y machacan continuamente con determinados temas: comunión a los divorciados, fin de celibato para sacerdotes, sacerdocio femenino, admisión de homosexuales, hasta llegar hoy en día a todas las teorías de género, aborto, eutanasia, etc. Acerca de Karl Rahner, jesuita, son de provecho para leer los análisis de sus obras, por ejemplo el de Theobald Beer (se pueden leer articulos suyos donde une a Rahner con Hegel para llegar a Lutero) que influenció en el Vaticano II y es referencia para muchos teólogos posteriores. Del Cardenal Martini, jesuita, es de recordar su postura crítica en todas esas cuestiones dirigidas hacia el magisterio de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, los que sin embargo, siempre lo trataron con un respeto y una dignidad irreprochable. Sobre Arrupe, General de la Compañia de Jesús hasta su muerte, tuvo sobre sus espaldas la responsabilidad de una intervención directa de Juan Pablo II para corregir los errores y horrores teológicos al que sus miembros la llevaban.
Y llegamos a Jorge Bergoglio, jesuita, hoy Papa Francisco. En mi opinión, no creo que convoque a un Concilio más que nada por falta de tiempo y de colaboradores eficaces. Aunque se declare "hijo de la Iglesia" en cuestiones fundamentales, su permanente abrir el juego, proponer nuevas hipótesis y soluciones (como pidió en el Sínodo), su reveladora confusión cuando habla sobre "los nuevos caminos que el Espíritu nos inspira" es preocupante. Y ha dejado en claro en numerosas ocasiones (ver solamente la Evangelii Gaudium) su oposición a doctrinas cerradas, a la posesión de la verdad, a tradicionalismos varios, a aprender de los pentecostales, por ejemplo, a sostener cada uno su propia fe (así sea musulmana o judía), que revela que esos nuevos caminos se dirigen a cambiar (de alguna forma) la doctrina de la fe católica. En este punto me hace recordar a Pagola y su "Aproximación histórica a Jesús": Pagola hace un juego tramposo, ya que nunca niega ningún dogma cristológico católico, pero si intenta convencer que, para sostener esos dogmas, en ningún evangelio aparece el fundamento necesario para sostenerlo. Es decir: la Iglesia tiene esta fe en Jesús (nació del Espíritu Santo, en Belén, hizo milagros, fue reconocido como el Mesías, murió en la cruz, resucitó al tercer día), pero esta fe no tiene ningún fundamento ni prueba en los evangelios, ya que fueron inventados después.
Creo que Francisco va por ese camino: no cambiamos nada, porque lo que lo sostenía ya no tiene fundamento. Es el Espíritu el que nos guía. Si sumamos a dos o tres obsecuentes que le responden por sus lagunas teológicas, no sería de extrañar que "lo que ates en la tierra, quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el Cielo", lo apliquen a su persona, siendo Sumo Pontífice, a que si Francisco considera que un divorciado pueda comulgar aún viviendo en adulterio, por su propia potestad, puede ser perdonado. No sé si estaré escribiendo ficción, pero es una posibilidad. Grave. Ya lo viene demostrando cuando recurre a la via extraordinaria para nombrar beatos y santos, sin el milagro necesario. Recurre a su potestad como Papa para realizarlo. Es llamativo. Por eso también un Vaticano III, con los nombramientos que está haciendo, y con una reforma de la Curia Romana (interminable) creo que alcanzará para que "la revolución de Francisco" se ponga en marcha tarde o temprano.






Completo esta entrada con otro comentario que agregué más tarde, y al que volveré pronto:

Estimado Colgunter: escribía en mi comentario anterior sobre el Vaticano II. La Lumen Gentium deja muy en claro quién pertenece a la Iglesia y quién se va fuera de ella solito, como estos obispos. Pero de la mano del jesuita Karl Rahner, jesuita él, prevaleció lo de “cristianos anónimos”, dejando a la fe católica a la par (y hasta por debajo) de las llamadas religiones, con el Decreto sobre libertad religiosa. Es por eso que decir hoy que “el cristianismo es la religión verdadera”, o que “fuera de la Iglesia no hay salvación” hace que más de un ecuménico se rasgue las vestiduras. Es por eso que mucha gente celebró (aunque siempre diciendo que se quedaron cortos) que JPII haya pedido perdón en el 2000 por los pecados de la Iglesia (con un Ratzinger que sin estar de acuerdo con el gesto, acompañó al Papa pero ubicando teológica y prudentemente la cuestión). Es por eso que Francisco, en su visita a sus amigos pentecostales de Caserta (dejando casi afuera a los católicos a los que no pensaba visitar) les pidió perdon, sacó eso que la verdad es un poliedro de distintas caras, haciendo equivalente el catolicismo y el protestantismo, diciendo que debemos aprender de ellos. Todas afirmaciones payasescas, huecas, inútiles, falsas, irritantes e incoherentes. Por eso a nadie lo van a echar de la Iglesia, diga lo que diga, y por eso es que quizás la rehabilitación de Hans Kung no esté tan lejos siendo el Papa Francisco. Uno que pensaba que la Teología de la Liberación confundía a los fieles, se quedaba corto: es el Papa mismo el que lo hace, y gratis!!!


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