lunes, 4 de mayo de 2015

Acuerdos pre-cónclave... especial para Antonio Socci

En la página siguiente, aparece una entrevista (breve) al autor de "El Vaticano según Francisco".
En ella aparece:



(...) Bergoglio es un outsider total.
–¿Entonces por qué lo eligieron?
–Todos estaban cansados de la manera de operar de Roma, de la curia, de los italianos, el escándalo IOR, la pedofilia, Vatileaks, y decidieron elegir a un personaje totalmente nuevo. Me contó un cura canadiense que encontró al cardenal Bergoglio el domingo antes de la apertura del cónclave en la Plaza Navona y empezaron a andar y este cura, que es la persona que se ocupaba de toda la prensa anglosajona durante el cónclave, le preguntó a Bergoglio: “Cardenal, lo veo un poquito nervioso, ¿por qué?” Y él respondió: “Porque no sé lo que me están preparando los hermanos en el cónclave”. Esto significa que había una estrategia preparada.
–¿Bergoglio termina siendo un comodín, entonces?
–No. Él sabía que algo le estaban preparando pero no es un comodín. Los cardenales estadounidenses estaban convencidos de elegirlo. Algunos no lo conocían bien y fue una operación muy sutil y muy bien preparada. (...)


Interesante.
¿Es que los acuerdos pre-cónclave no son ilícitos?

Ecumenismo francisquista

Navegando recién, me encontré con esta noticia:
"El Santo Padre recordó, en la mañana de este lunes 4 de mayo, -al recibir en audiencia a la arzobispa luterana de Upsala (Suecia), Antje Jackelén, que encabeza la delegación de la Iglesia Evangélica-Luterana en ese país de visita en el Vaticano-, que el decreto “Unitatis Redintegratio” del Concilio Vaticano II sigue siendo el punto de referencia clave para el empeño ecuménico de la Iglesia Católica y que dicho decreto, añadió el Pontífice, “expresa un profundo respeto y aprecio por aquellos hermanos y hermanas separados a quienes, en la coexistencia cotidiana, se corre a veces el peligro de prestar poca consideración. En realidad no deben ser percibidos como adversarios o competidores, sino reconocidos por lo que son: hermanos y hermanas en la fe”

Entiendo que tenemos un Papa ecuménico. Demasiado, para mi gusto. Es mi opinión.
Entiendo que el Vaticano II propició de forma nueva el ecumenismo. Aún a costa que la Iglesia pierda parte de su esencia. Por deseo de (algunos) padres conciliares y (quizás) tolerado por el Espíritu Santo, que a veces permite ser probados en la fe. En el ecumenismo la Iglesia siempre sale perdiendo. Como si tuviera culpa de ser la Única Iglesia verdadera, mal que le pese a muchos. La Dominus Iesus está ahí, documento que no aporta nada nuevo (a propósito) sino que retoma la enseñanza de la Iglesia, clarificando aspectos que se habían confundido (a propósito) por iniciativa de muchos "católicos ecuménicos". Y tuvo que ser el Cardenal Ratzinger quien aportó claridad al tema.

Pero no soporto la confusión.
Misa del 5to Domingo de Pascua:
1ra Lectura: Saulo llega a Jerusalen, los discípulos y Apóstoles sienten desconfianza "porque no creían que el fuera un verdadero discípulo". Pero cuenta su encuentro con Cristo y su testimonio, e ingresa a la Iglesia. La de Jerusalén. La Apostólica. De la que Francisco es sucesor de Pedro.
Evangelio: "Permanezcan en mi, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mi... porque separados de mi, nada pueden hacer".

A Saulo no le dijeron: "Bueno, todo bien. Viví y dejá vivir. Armate una iglesia aparte que somos hermanos. Predicá lo que quieras. Todo bien!". Ni Jesús dijo "Si, cada uno forme su Iglesia. Yo me divido, no se preocupen. Voy a estar con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, pero no en mi Iglesia, voy a estar en todas. Y si aparece en 1500 años un fulano llamado Lutero, bueno, son sus hermanos. Olvidense que mi única Iglesia es la que nace en Jerusalen desde mi cruz. No vale la pena enfrascarse en discusiones teológicas de escritorio. Todos hermanos. Todo bien. Vivan y dejen vivir!"

Mucha confusión. Poca claridad. Y el Vaticano II aportó mucho a ésto. Y el Papa también.

jueves, 23 de abril de 2015

El Papa no tiene cura

En la Navidad pasada, el Papa Francisco se despachó con las cinco enfermedades o tentaciones de la Curia de Roma, de sus colaboradores. Ya lo he tratado en entradas anteriores. Lamento informar que su contagio sigue en curso. 

Los hechos:
1. El fomento de la papolatría: no sólo se despachó con las enfermedades de la Curia, sino que también en la Misa Crismal arremetió contra los obispos y sacerdotes. A sus más obsecuentes defensores no les alcanzaron los dedos en los teclados para deconstruir semejante homilía misericordiosa. Y por otro lado, por medio de mails a distintas congregaciones en Argentina, que "recen por él" porque lo quieren matar. Grageas de un martirio buscado.
2. El personalismo: en su entrevista televisiva mexicana (aquella donde hace el chiste sobre cómo se suicida un argentino), Francisco repite a cada rato que ésto "no le gusta", que aquello "no le gusta", que lo otro "no le gusta". Parece que no solo recibir, sino saludar con atención y cariño al esposo e hija de Asia Bibi tampoco "le gustó". Los recibió de pasada, siguió de largo, con una bendición sin ganas.
3. Su verborragia confusa y complaciente: preguntarse si "con esto caminaba la vieja?" en referencia al bastón que usaba Santa Teresa de Jesús, puso en evidencia que la sintomatología sigue profundizándose.
4. El empeño en rebajar la Iglesia: aunque lo ha llegado a nombrar, habiendo omitido las más de las veces el tema, la cantidad de mártires que están cayendo en oriente medio seguramente no entrarán en los "me gusta" de Bergoglio. Mártires que dan testimonio de que la vida no es nada comparada con Cristo. Pero el Papa lo ignora. Los inmigrantes en Lampedussa valen más.
5. La necesidad de vanagloriarse y ganarse la simpatía de los que se oponen a Cristo: el Jubileo de la misericordía será quizá su Concilio Vaticano III breve, luego del Sínodo, que Bergoglio se tiene prometido. Misericordía por encima de la fe, pastoral enterrando a la doctrina de la Iglesia.
6. La repetición de incoherencias: cuando viajó a Turquía, se cuidó mucho de nombrar el genocidio armenio. Nada de nada. Para no molestar. Hace una semana lo pronuncia en público... años después de la misma afirmación realizada por Juan Pablo II y Benedicto XVI. Pero para algunos, Francisco lo dijo más fuerte!!!
7. La constante costumbre de escandalizar: en Semana Santa ha vuelto a lavar los pies de una "docena + uno", cuidadosamente registrado en los medios de comunicación afines pero con un problemita de lectura de rúbricas liturgicas evidente (Vade retro, rúbricas!!!, exclamó el Papa).
8. Del "¿Quién soy yo para juzgar?": el caso del embajador de Francia ante el Vaticano produjo una nueva regresión inesperada: el Papa abierto a todos sigue con la cerrazón de tantos siglos de oscurantismo vaticano.
9. Amistades peligrosas: como aparece en el post anterior, siguen entrando al Vaticano Maradona, Kirchner, mails a Cacho Castaña, etc., todo "fulbito pa´ la tribuna". Argento 100%.
10.La lenta reforma de la Curia Vaticana: sin novedades. Siguen las reuniones y los viajes. Pocos cambios. Mucho marketing. Obviamente, a costa de los retrógrados cardenales que le hacen la contra.
11. Un Papa que mezcla la politica con la fe: hace un par de semanas, se publicó que el Papa Francisco se había sentido "usado" por los políticos argentinos. Luego de estas declaraciones, el Papa acepta una nueva visita de la Presidenta Kirchner, ya metida en plena campaña electoral.
12. La búsqueda inquietante de novedades morales y doctrinales: El Papa sigue ahí, en Santa Marta, dentro del Vaticano. Todavía no ha renunciado a nada, ni a ningún título. Que luego del Sínodo le otorguen a las Conferencias Episcopales libertad de doctrina, es una hipótesis que toma cuerpo si el Papa quiere lavarse las manos de cualquier cambio en dirección herética.
13. Algunas de sus obsesiones...: la dualidad misericordia- fariseísmo, novedades- cerrazones sigue sin solución de continuidad. Agravada al acercarse el Sínodo.
14. La calculada trampa del Sínodo de la familia: a pesar que el Cardenal Muller ha salido a explicar que su Congregación tiene como tarea "estructurar teológicamente" el Papado, y ya algunas espadas han salido a defender a Francisco, no se registran muchas novedades: la misericordina tiene efectos colaterales importantes.
15. El rumbo que Francisco planea para la Iglesia: tampoco ha habido cambios ni mejoras: no será para confrontar o chocar con el mundo, sino una implosión silenciosa y duradera.

Maradona 3 - Asia Bibi 0

Desde hace un tiempo (en el que no he publicado entradas) había dejado que un manto de piedad sobre el Papa Francisco me evitara escribir comentarios. Críticos.
Un allegado al Papa, cercano a él en Roma, comentó que el Papa no es como lo muestran en los medios. Que es sencillo, que tiene una fe muy clara, y que su estilo campechano es el que usa todo el tiempo. Llano y transparente. Como que no hay que pedirle, o esperar, mucho más.
Hace unos días, se publicó la noticia de la visita del marido y la hija de Asia Bibi, en audiencia general en el Vaticano, donde fueron a saludar a Francisco.
Vi el video en Rome Reports, donde objetivamente, más de 10 segundos, entre la explicación de Arsuaga, estrechar la mano y el gesto al vuelo y a las apuradas de la bendición, no hay mucho más.
Empezaron a salir comentarios de cómo este Papa recibe a Maradona, a Scalfari, a la presidenta Kirchner.... y no recibe aunque sea en audiencia privada a los familiares de Asia Bibi (ndr, una mujer católica condenada desde hace cinco años a muerte en Pakistán por confesar su fe católica y no abjurar de ella. Vive en una cárcel donde ella misma se hace la comida para que no la envenenen y con recompensas de imanes musulmanes para aquellos que la asesinen)
Piadosamente pensé: "otra vez los conservadores y dinosaurios preconciliares hacen leña con Francisco".
Me fijé en algunas páginas (de las obsecuentes al Papa) y vi que apenas mencionaban que fue en una audiencia general (donde puede entrar cualquiera, sin invitación, y acercarse al Papa), donde ponían que "los colmó de bendiciones", que les habló, que se interesó, etc. Todo para seguir haciendo pasar a este Papa como el más humano y cariñoso de la historia. Pero en los hechos, nada de nada.


El Papa de las sorpresas!!!
Pero justo hoy aparece la noticia de que justamente el Papa recibe nuevamente a Maradona. Donde lo colma de elogios y alabanzas. Buscando armar otro partido de fútbol (recordemos que en el primero se cantó la canción Imagine de John Lennon, un himno al agnosticismo laico galopante) para el proyecto Scholas Concurrentes, patrocinado por el mismo Bergoglio, promoviendo una educación laicista, descreída, al servicio de los poderes reinantes.

Como decía el susodicho, no esperemos mucho más del Papa Bergoglio. Y si ésto es lo que tenemos hasta ahora, lo que venga no será mejor. Al contrario.

sábado, 28 de febrero de 2015

Las últimas tentaciones (y caídas) de Francisco


11- Un Papa que mezcla la política con la fe: muchas de las actitudes de Bergoglio lo exponen como un líder populista, que no quiere decir popular, sino que tiende a mezclarse con personas de la más variada calaña. Entre ellos los políticos argentinos. Aunque haya repetido que no quiere influir en los mecanismos políticos de este país, o que aplace su esperado (por algunos) viaje a su país de origen para no inmiscuirse en la política local, en estos dos años no ha dejado de recibir políticos de todo color y pelaje, incluyendo tres veces a la Presidenta (a quien pidió cuidar) y excluyendo a dos notorios opositores (uno candidato a presidente y otro sindicalista). Se ha sacado fotos con todo tipo de agrupaciones políticas y banderías, aún aquellas que favorecen todo tipo de políticas contraproducentes para la mayoría del pueblo argentino. Como Cardenal durante años le huyó a la cercanía de políticos, salvo aquellos obsecuentes como el diputado que hace unos días publicó una desafortunada carta del Papa que ofendió al pueblo mejicano. Pero como Papa no tiene empacho en dar a Dios y al César el mismo tratamiento. 
12- La búsqueda inquietante de novedades morales y doctrinales: aunque el Magisterio de la Iglesia ha definido claramente todas las cuestiones que tienen que ver con la fe y la vida humana a partir de la Revelación, con el Papa Francisco se ha profundizado e institucionalizado (por ejemplo a través del C9) una cantidad de posibilidades (pedidas históricamente por sectores progresistas y pseudo-católicos) de cambios en la doctrina y moral de la Iglesia. Todo parece estar nuevamente en estudio, esperando nuevas hipótesis de respuesta y alternativas abiertamente contrarias a lo establecido por Papas, Santos, Doctores de la Iglesia, Concilios y Sínodos. Y cuando estas propuestas le son rechazadas pone en marcha una serie de advertencias y amenazas a los que quieran enfrentarse a sus cambios. En otras palabras, a pesar de reclamar la humildad y la pobreza como ariete publicitario, en sus actos personales actúa utilizando el "poder" que el Papado le confiere. Los santos y beatos nombrados directamente sin el proceso canónico completo (la necesidad del milagro reconocido) ha sido utilizado más que lo que lo usaron la totalidad de los Papas anteriores. El nombramiento de obispos o cardenales sin consulta o sin respetar las tradiciones de las sedes cardenalicias tampoco son objeto de su afecto. Y al as bajo la manga para el próximo sínodo de apelar a su autoridad para "atar lo que quiera atar en la tierra y en el cielo" va dejando de ser una fantasía a medida que pasa el tiempo.
13- Algunas de sus obsesiones que ocultan la profunda crisis de fe actual: el Papa puede tener los horarios que quiera: levantarse a las 5, rezar, la misa, reuniones, audiencias, reuniones y más reuniones, llamadas telefónicas, contestar cartas, recibir visitas, etc. En toda esa febril actividad (que parece resentirle la salud pero impecablemente detallada en los medios) parece que toda su dedicación está puesta en pocos aspectos esenciales que son urgentes en la Iglesia: dedicado a la lenta reforma de la Curia, empeñado en su momento en los inmigrantes ilegales, luego en los contactos políticos con Argentina, su empeño manifiesto (el más grave) en dividir a la Iglesia (en vez de unir) en misericordiosos frente a fariseos rigoristas, etc. Este empeño lo viene trasluciendo en cada homilía, cada discurso, cada juicio contra ls cristianos que tratan de vivir su fidelidad a Cristo lo mejor posible. Al juzgar a los católicos de grises, quejumbrosos, aburridos, barnizados, caras de funeral, revela el poco amor que tiene por los que forman la Iglesia, que entregan su vida por ella y viven la fe en el lugar que les dio el Señor.
14- La calculada trampa del Sínodo de la Familia: acerca de la familia, de cómo puede enfrentar los ataques que sufre, como vivir con fe y amor la secularista opción de vida actual, se podría profundizar mucho. El Magisterio siempre se mantuvo actual en este acompañamiento. Hasta Francisco. Especular con dar la comunión a los divorciados vueltos a casar (nunca excluidos de la Iglesia, aunque Francisco nos lo quiera hacer creer), la posibilidad de realizar un camino de conversión y gracia a las personas homosexuales (acompañados con respeto y comprensión como pide el Catecismo, aunque Francisco quiera decir que no es así), se ha convertido para el Sínodo, de mano de colaboradores directos del Papa que manipulan la opinión y a los propios padres sinodales, el ariete papal en su búsqueda de soluciones y nuevas hipótesis. Con ese fin, el mismo Francisco prohibió publicar las exposiciones de los obispos durante el Sínodo, y vergonzosamente añadieron a la relación final cuestiones que no habían sido formalmente votadas por los obispos, para torcer el brazo y seguir exponiendo (para criticarlos y debilitarlos) a los que afirman con justicia que esas cuestiones ya han sido resueltas por el Magisterio precedente. Y el Papa no ha sido nada ajeno a estas trampas.
15- El rumbo que Francisco planea para la Iglesia: al Papa no le importa romper moldes. Se ha revelado como un gran estratega en el perfil que le ha dado a su rol pontificio: humilde, con gran exposición y repercusión en los medios (buscada abiertamente y transando más de una vez con ellos), desacartonado. Con estas actitudes sigue encandilando a sus colaboradores y a personas que se deslumbran con sus gestos, que siguen sin creer un ápice en la fe católica. Siendo argentino, lleva en su esencia el doble discurso, el populismo, el narcisismo del que cree que nunca se va a equivocar, que le deben obediencia ciega y fiel, y que no tolera la más mínima crítica. Su discurso en el cierre del Sínodo es prueba palpable de esto. 
Según sus allegados, pretende revolucionar la Iglesia, no reformarla. 
¿Porqué no convocó a un Concilio? Creo que porque considera que no tiene tiempo para conseguir lo que desea (un cambio radical de la doctrina, convirtiendo la Iglesia en lo que no es), y porque doblegar a cinco mil obispos es más difícil que manipular a doscientos con un sínodo. Es una opción con más posibilidades de éxito. No son mil obispos los que defienden la doctrina tradicional sino apenas veinte. Y las filtraciones a la prensa pueden ser más dirigidas. No se si éste será el rumbo que quiere Cristo para su Iglesia. Pero Francisco lo está logrando.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Las siguientes tentaciones de Francisco

Sigo con la lista de tentaciones que podemos observar en el Papa... y lo significativas que resultan cuando cae en ellas. La cuestión es que ellas hacen que muchas personas se descentren de lo esencial, que es Cristo presente en la Iglesia y se complazca en alabanzas y deslumbramiento por un ídolo con pies de barro. 
Incluso el golpe de efecto inicial de tomar el nombre de "Francisco", fue reutilizado desde Radio Vaticana en sostener que "El Papa es tan santo como San Francisco de Asís". La forma en que enfrenta el Papa los problemas o retos actuales que enfrentamos los católicos, donde ponerse en el centro de la escena, dedicarse a reunirse con sus amigos pentecostales y alentarlos, realizar gestos marketineramente calculados, dar entrevistas o soltar opiniones sin ton ni son (como el asunto de los católicos como conejos), no resuelven en nada los desafíos que enfrenta la Iglesia en este momento histórico, con un Papa distraído y desubicado en su misión de vicario de Cristo. 
La crisis de fe que se verifica en la Iglesia desde el fin del Vaticano II, la caída abrumadora de vocaciones sacerdotales y religiosas, la pérdida en la vida sacramental de millones de católicos (bautismos, casamientos, confirmaciones), las celebraciones litúrgicas huecas y vacías, la falta de formación de sacerdotes (ni hablar de vivir en pobreza, obediencia y castidad), la cantidad de laicos clericalizados y clérigos laicistas, los desvíos doctrinales y morales, son las características de una fe que se diluye y una vida sacramental que se esfuma. 
Y todo esto ante los ojos del Papa Francisco, que vive más preocupado porque el tiempo es superior al espacio, por su "hagan lio", por sus obsesiones (ayer trata de personas, hoy la mafia calabresa, mañana será la ecología si es cierto lo de la encíclica en proceso), que dejará luego de su paso (si no lo envenenan o matan antes, como también repetidas veces lo ha dicho, como invocando a un martirio altruista) una Iglesia más desvastada, con menos fe que antes, con sacramentos reducidos a la nada y un clero y una vida religiosa inexistente.

6- La repetición de incoherencias: mientras sostiene que "no se puede ser cristiano sin la Iglesia", el Papa se la pasa buscando que la Iglesia camine en la unidad con todos aquellos que la atacan, como si fuese la Iglesia la que los alejó. Mientras la enseñanza de la Iglesia es muy clara en abordar situaciones morales difíciles, el Papa de un plumazo sostiene que "tiene en su corazón", que "habrá novedades", que "hay que plantear nuevas hipótesis", engañando primero a los que están dolidos por su situación con posibles soluciones mágicas, y por otro despertando la atención de aquellos que quieren seguir fiel a la Tradición y al Magisterio de la Iglesia. Los dobles mensajes son una variante de estas incoherencias, que no se las puede achacar a sus subordinados. Solamente colocar la misericordia por encima de la justicia, o a un Dios que "perdona todo" sin necesidad de conversión o arrepentimiento, da cuenta de una doctrina manejada arbitrariamente por el Papa actual.
7- La constante costumbre de escandalizar: ya había sostenido en una entrada anterior que Bergoglio no sería Francisco sin su predilección por escandalizar. Escandalizar en sentido evangélico, que es poner piedras y entorpecer el camino (de fe) del otro. Es muy significativo que en estos dos años no haya habido ni una noticia referida al Papa que de alguna forma haya desconcertado, molestado, asombrado a cualquier católico con un mínimo de vida sacramental o formación catequística. Lo de "católicos como conejos", dicho con la gracia habitual de un stand up, molestó y dolió a muchos padres y madres de familia. Hablar de "esa cruz tan pesada" que era el ayuno eucarístico, va por el mismo lado. Escandalizar para el Papa Francisco es pedagógico; para Jesucristo es uno de los pecados más graves.
8- Del "¿quién soy yo para juzgar?" a la lista de invectivas diarias en Santa Marta: si algo caracteriza la bondad del Papa Francisco es la originalidad para crear la más variada cantidad y calidad de insultos a los que él llama cristianos. Tanto que valió hasta la publicación de un libro con esta categoría. Pelagianos, contadoras de rosarios, fariseos (su preferido), neo-pelagianos, y todas las caras (de funeral, de pepinillos en vinagre, de solteronas), etc. etc. etc. Toda la humildad y la cercanía humana de que dispone con esta tentación (donde cae repetidas y fastidiosas veces) parecen revelar su real esencia: "de la abundancia del corazón habla la boca". Si lo que promueve es una renovación de los corazones, una revitalización moral, su estilo de juzgar sin misericordia alguna se presenta entonces como el escándalo y la incoherencia más grande, si ya por otros motivos no hace méritos para lograrlo.
9- Amistades peligrosas: cada uno dueño de sus preferencias y amistades. No tiene nada de malo. El Papa Francisco es particularmente dadivoso en este sentido. Aunque desde el inicio de su pontificado se abstiene abiertamente de dar la comunión en ceremonias públicas, por temor a que alguien en situación pecaminosa busque la foto comulgando con él, en sus audiencias públicas y privadas se ha permitido recibir y festejar alegremente con reconocidos personajes de más que dudosa catadura moral, o abiertamente enemigos de la Iglesia, o personas en situaciones morales cuando menos irregular. Todo lo que sea prensa le es conveniente. Y aunque sus obsecuentes salgan a explicar que Jesús también se acercaba a los pecadores, el Señor siempre los amonestaba a la conversión y al arrepentimiento. Cosa que no hace el Papa. Cuando las visitas se repiten es una muestra que la persuasión franciscana para el cambio de vida falla en algo.
10- La lenta reforma de la Curia Romana y el grupo de asesores cardenalicios c9: en otro momento sostuve que aunque la Curia Romana se reduzca a diez personas, que se cierre el Vaticano como Gobierno central de la Iglesia y que el Papa se vaya a vivir a una parroquia romana de las afueras, en nada va a solucionar o ayudar en la profunda crisis de fe que vive la Iglesia. Una Curia más ágil y moderna puede ser de provecho, pero cualquier administrador de empresas, con un mínimo de experiencia, ya hubiera realizado la reforma y actualización organizativa de un organismo que no ocupa a más de 500 personas. Unificar dicasterios, congregaciones, consejos soluciona burocracia pero no resuelve el problema de fondo de la fe. Por eso que esta lentificada reforma, "paso a paso" según Francisco, y con muchos detractores según sus obsecuentes, es una bomba de humo. Ajena a los fieles que quieren crecer en la fe, vivir sacramentalmente y contar con algún cura santo en la parroquia. En este punto, el grupo c9 de cardenales le es funcional: meten cizaña el dividir pastoral de doctrina, hacen lobby por la nueva revolución primaveral franciscana, y entorpecen con sus palabras el trabajo de los demás curiales. Y ni hablar de los colaboradores cercanos que Francisco ha llamado a acompañarlo: el mismo Kasper, el neo-capricho-francisquista- obispo Victor Fernández, y todo un séquito de obispos y cardenales nombrados directamente a dedo por el Papa sin ninguna intervención de nuncios o de la Congregación para el Clero, hoy inexistente.

martes, 24 de febrero de 2015

Las (primeras) 5 tentaciones de Francisco

Empiezo a enumerar la lista de tentaciones que en estos dos primeros años de Pontificado el Papa Francisco nos ha demostrado cabalmente. Tentaciones en las que frecuentemente cae, a la vista de todos, y que repercuten en la fe, para escándalo de muchos católicos.

1- El fomento de la papolatria, con su permanente autorreferencialidad, pero tan criticada según Francisco, cuando se refiere a la Iglesia: Desde su elección en 2013, ha sido permanente el cliché "este Papa es el primero que...", o "Nunca antes un Papa...", haciendo referencia a su pobreza, su humildad, su cercanía con las personas, su empatía y emoción a flor de piel con los que sufren. ¿Francisco ha fomentado para si mismo estas luces sobre él, poniéndose siempre en el centro de la escena? Si. No hay audiencia ni acto ni viaje en que no se preste a la foto. Los periodistas hacen su trabajo. Pero Jesús dijo "que lo que hagas con la mano izquierda no lo sepa tu mano derecha". La humildad como virtud está bien. Hacer marketing permanente de la humildad es falsa soberbia. Y Francisco pudo haber hecho un sinnúmero de gestos sin publicidad. Pero no lo hizo, porque manejarse como el CEO cool e innovador de una institución arcaica le trajo réditos.
2- El personalismo: Francisco ha realizado muchos gestos, todos ellos, queriendo a no, para diferenciarse de sus antecesores. Si se quería quedar en Santa Marta (un edificio nuevo, cómodo) y no en el Palacio Apostólico, no tenía porqué trascender que "habia espacio de sobra". Nadie les pregunto a Benedicto o a Juan Pablo si estaban cómodos o no viviendo allí. Tampoco se fue a vivir a una villa miseria romana, o a compartir la casa con los empleados de limpieza del Vaticano. La "Iglesia pobre para los pobres" sigue estando allí. Francisco no vendió el Vaticano o sus tesoros artísticos o las posesiones de la Iglesia para darselas a los pobres. Las finanzas vaticanas se transparentaron porque no había otra opción ya desde Benedicto. Y aunque se vaya a vivir a Filipinas con cinco personas como colaboradores, no soluciona la crisis de fe de la Iglesia. Los gestos exteriores de Francisco han sido estudiados, preparados, pero huecos. No basta "hacerse" el pobre para ser pobre. Ni usando sotanas transparentes, mocasines raídos o una valijita para los viajes. Mucho asesoramiento de imagen para ningún cambio profundo.
3- Su verborragia confusa y complaciente: en sus entrevistas, tanto a la revista de los jesuitas dirigida por Spadaro o con el periodista ateo Eugenio Scalfari de "La Reppublica", a quien le permitió transcribir lo dialogado según le pareciera, no una sino en tres oportunidades, de donde salió por ejemplo que "Dios no es católico". O el tiempo en entrevistas y libros dados a Elissabetta Pique, corresponsal de "La Nación", quien es una permanente difusora de la revolución del Papa. Quedará en la historia su decálogo de la felicidad "Vivir y dejar vivir", donde no nombró en ningún momento a Dios. O bien sus campechanas entrevistas en los viajes, contestando sin cuidado alguno sus opiniones personales en temas delicados. O también las llamadas telefónicas que ponían de manifiesto un doble discurso en cuestiones morales básicas. "Cuando ustedes digan si, que sea si", nos dijo Jesús. Y la Iglesia pierde mucho cuando el Papa dice una cosa en público y otra en privado. Las explicaciones de Lombardi sobre lo que realmente quiere decir el Papa cansan. Y son poco creíbles.
4- El empeño en rebajar a la Iglesia Católica y convertirla en un grupo cristiano cualquiera: El ecumenismo de Francisco es abiertamente parcial y engañoso. Con los ortodoxos ha resentido el diálogo por su falta de tacto para los ucranianos católicos. Con las comunidades protestantes, en especial con sus preferidos pentecostales, ha situado a la fe de la Iglesia como una expresión más del cristianismo light y falso que nace de Lutero. No en vano Boff y ahora Kasper lo sitúan como su heredero. La visita a Caserta a la comunidad pentecostal, con  su posterior visita a la fuerza a los mismos católicos que pensaba ignorar, es demostrativo de dónde tiene el corazón el Papa. No es vano las sectas evangélicas siguen con su trabajo y proselitismo rabioso, el cual Francisco nos prohíbe. Un Papa que en sus palabras y gestos decreta la inutilidad de la misión, de la evangelización, tildando en cada ocasión propicia de fundamentalistas a los católicos fieles. En una Iglesia que quiere de puertas abiertas, deja encerrados, sin alimento ni remedios, a todos los católicos que no tienen empacho en reconocerse como tales. A pesar que en su Evangelii Gaudium puntualiza como primer lugar de evangelización los católicos practicantes. 
5- La necesidad de vanagloriarse para aparecer en los medios y ganarse la simpatía del mundo, de los que están en contra de Cristo: Francisco se ha especializado en guardar silencio en temas controvertidos. Como Papa, en los temas candentes de la fe y moral, se ha reconocido como "hijo de la Iglesia" pero luego actuado, con su doble discurso, su búsqueda de novedades, o sus mismos colaboradores, en dirección contraria a lo que el Magisterio de la Iglesia se ha mantenido y madurado a lo largo de su historia. En público, sus silencios ante la matanza de miles de cristianos en Medio Oriente fueron repetidos, acordados, lanzando condenas a destiempo y fuera de lugar. Pero siempre manteniendo silencio en determinados temas para complacer al mundo. Su viaje a Israel, con el abrazo a sus amigos en el Muro de los Lamentos, fue lo más parecido a un viaje de fin de curso, para sacarse el gusto de la foto, mirando a cámara emocionados. Un abrazo con quienes no reconocen a Cristo como Hijo de Dios, y han renegado y combatido de todas las formas posibles la fe católica.

lunes, 23 de febrero de 2015

Las tentaciones de Francisco (1)

El Papa Francisco, en el tradicional saludo navideño a los miembros de la Curia Romana del 2014, aprovechó y desgranó las 15 tentaciones o enfermedades espirituales que pueden aquejar a sus curiales.
Hace un  tiempo leí que, según las características de cada sucesor de Pedro y teniendo en cuenta la profesión de fe que el Apóstol expresó, a veces pesa más la personalidad del sucesor de Pedro (su temperamento, carácter, fidelidad, confianza) o su profesión de fe (el convencimiento en su fe de reconocer a Cristo, al Mesías, al Hijo de Dios Vivo). Así, Juan Pablo II fue semejante a Pedro en su personalidad, y Benedicto XVI lo fue en el valor y en la profundidad de su profesión de fe en Cristo.
El Papa Francisco, según algunos, viene a revolucionar la Iglesia. Soplan aires de primavera, luego de los inviernos de otros Papas.
Desde hace dos años, un conjunto de voces heterodoxas con la enseñanza de la Iglesia, que han criticado e insultado a los papados anteriores, ahora se muestran triunfantes. Teólogos de poca monta pero mucha difusión, conferencias episcopales, universidades que antes fueron católicas, encuentran en el Papa la voz que necesitaban para reflotar. Si en su momento el Cardenal Martini fue el adalid de los progresistas, esto es, de los que consideran que la Iglesia, en especial la jerarquía, es una organización vetusta y dictatorial, ahora con Francisco encuentran la respuesta a sus plegarias. Pero habría que ver qué tipo de respuesta es la que los sostiene hoy.
Desde aquel inicial "Buona Sera" y "recen por mi" (irremediablemente repetido, nadie sabe con qué resultado tantos rezos), al primer "cara de pepinillos en vinagre", a su llamada al kiosquero en Buenos Aires, a vivir "frugalmente" en Santa Marta, al primer faltazo al concierto en su honor que le habían armado "la corte papal" en retirada, pasó mucho tiempo. Y esos primeros indicios de sorpresa o inquietud se fueron intensificando cada vez más.
Y empezaron a salir antiguas profecías de San Malaquías, Fátima, que hablaban del Papa Negro, de tiempos de tribulación, del Papa verdadero y el Obispo de Roma como distintos. Y anécdotas de Buenos Aires, como la dificultad del entonces cardenal para mostrarse simpático o besando bebés. Y sus extrañas aproximaciones a líderes religiosos varios de distintas especies. Y si había terminado o no su doctorado en Alemania. Y su martirizante exilio en Córdoba por parte de sus superiores. Y sus apoyos o silencios a obispos infieles a su castidad. Pero así es Francisco.
Cuando pasaron los primeros meses de papado, luego de la sorprendente y dolida renuncia de Benedicto, algunos empezamos a sentirnos a la deriva. Sin dudar de nuestra fe, pero desorientados en los anuncios, palabras, homilías, gestos que veíamos y escuchábamos. Como si la Iglesia hubiese comenzado el día de la elección de Francisco. Tan cercano. Tan humilde. Tan profundo. Como si los Papas anteriores fueran encarnaciones de Alejandro Borgia.
Entre paréntesis, apareció el libro de Antonio Socci. Con dos conclusiones: de alguna manera, Benedicto sigue siendo Papa; de alguna manera, si el Cónclave no fue todo lo canónico que debió ser, a Francisco le falta la asistencia del Espíritu Santo en sus palabras y actos. Sorprendente. Realmente sorprendente.
La lista con las 15 tentaciones del Papa, próximamente. Gracias.

domingo, 22 de febrero de 2015

Sobredosis de misericordina (o Divide y vencerás - segunda parte)

En la Homilía con los nuevos cardenales de la Iglesia, el Papa Francisco reflexionó sobre uno de sus tópicos favoritos: "La Iglesia no está para condenar a nadie eternamente".
Partiendo de un Jesús que siente lástima por el leproso (un pecador público), se le acerca, se compadece, no quiere que lo excluyan, ya que viene estigmatizado por los demás, abandonado, expulsado por personas obtusas, ritualistas, cerradas, escandalizados.
Creo que a pocas personas (incluso la primaveral Elissabetta Piqué se dio cuenta, triunfal), que en esta escena el incluyente no es otro que el mismo Francisco (que visita una villa miseria romana bien escoltado por fotógrafos), los cerrados y obtusos son los que defienden la fe, y los leprosos son aquellos que la misma Iglesia excluye y condena. La segunda etapa del Sínodo ya tiene la suerte echada. Los buenos (con Francisco) y los malos (el resto, pelagianos, obtusos, cerrados, los que vamos a misa, o sea, todos nosotros).
Sabemos por la fe que el Señor volverá a juzgar a los vivos y a los muertos. Es una verdad de fe. Un dogma. Que si uno es católico lo debe creer. No es una opinión teológica o una consigna a la que adhiero o no según me parezca. Si soy católico, la acepto con toda la obediencia de fe de que disponga. Punto. No un poquito. Toda. Un poco menos que la Verdad no es una verdad chiquita. Es una mentira.
Esta fe está sostenida, guiada, iluminada por la enseñanza de la Iglesia. Que nos enseña la Verdad. Porque Dios es Verdad. Jesús, en su humanidad, es el Camino; en su divinidad, es la Verdad y la Vida. Y Cristo eligió permanecer presente en la Iglesia. La Católica.
La fe está de rebaja. Está licuándose a la más alta velocidad.
Como dijo alguien misericordiado, no me gusta este Papa. Que se olvida la Verdad de la Iglesia, y se está armando una iglesia a su medida. El efecto Francisco en marcha.

Nota Bene 1: ¿recuerdan que Leonardo Boff dijo que "Francisco sigue a Lutero"? Ahora Kasper viene a decir algo parecido. Efecto Francisco.
Nota Bene 2: El Papa inicia mañana su retiro de Cuaresma con los curiales. Obviamente, ya salió la foto de Francisco viajando en colectivo con los demás. Obviamente, va a tratar de que sus subalternos dejen sus defectos y tentaciones (SIC), porque el discurso de Diciembre con sus 15 pecados capitales no alcanzó para la conversión. Y pidió al final del Angelus "recen por mí". ¿Cuándo va pedir rezar por la Iglesia?

sábado, 21 de febrero de 2015

La Iglesia es Una. Para Francisco parece que no.

El Papa puede equivocarse. No es ninguna novedad. Nadie puede ignorar que en sus palabras incluya gustos, opiniones, posturas, experiencias, estudios, reflexiones que le son propias. El Espíritu Santo no convierte a las personas en ventrílocuos que repiten dictados mentales especiales. Cuando uno habla, habla desde lo que es. 
Si tiene la conciencia moral formada y recta, mejor.
Si de sus estudios y formación puede hacer su propia síntesis que sea fiel a los autores originales mínimamente comprendidos, mejor, aún incluyendo su propio parecer.
Si hablamos de la interpretación de la Sagrada Escritura, si uno confía y no se aparta de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia, cualquiera puede estar seguro de que su enseñanza coincide con la de la Iglesia.
El Papa Francisco cerró la Semana de la Oración por la unión de los cristianos con estas palabras:
"Muchas controversias entre los cristianos, heredadas del pasado, pueden superarse dejando de lado cualquier actitud polémica o apologética,  y tratando de comprender juntos en profundidad lo que nos une, es decir, la llamada a participar en el misterio del amor del Padre, revelado por el Hijo a través del Espíritu Santo. La unidad de los cristianos –estamos convencidos– no será el resultado de refinadas discusiones teóricas, en las que cada uno tratará de convencer al otro del fundamento de las propias opiniones. Vendrá el Hijo del hombre y todavía nos encontrará discutiendo. Debemos reconocer que, para llegar a las profundidades del misterio de Dios, nos necesitamos unos a otros, necesitamos encontrarnos y confrontarnos bajo la guía del Espíritu Santo, que armoniza la diversidad y supera los conflictos, reconcilia las diversidades...
Por obra del Espíritu, nos hemos convertido en uno con Cristo, hijos en el Hijo, verdaderos adoradores del Padre. Este misterio de amor es la razón más profunda de unidad que une a todos los cristianos, y que es mucho más grande que las divisiones que se han producido a lo largo de la historia. Por esta razón, en la medida en que nos acercamos con humildad al Señor Jesucristo, nos acercamos también entre nosotros...
El compromiso común de anunciar el Evangelio permite superar toda forma de proselitismo y la tentación de la competición. Todos estamos al servicio del único y mismo Evangelio..."

Francisco deja separadas la razón de la fe: basta de teorías, apologética, o misión. Basta de dar razones de la propia fe. Ignorando que la fe católica es distinta a la fe de un luterano, pentecostal, bautista, mormón o lo que sea. Donde tampoco la Iglesia ha sido culpable de muchas de las divisiones que han alejado y hasta promovido la creación a gusto de sus pastores de miles de sectas evangélicas. Sectas que compiten con un proselitismo feroz hacia la propia Iglesia.
Es lamentable que el Papa anteponga sus preferencias ecuménicas y opciones doctrinales laxas y confusas cuando habla de la Iglesia y de su misión, a la que identifica prácticamente con el resto de las comunidades eclesiales (aunque no todas las sectas evangélicas o pentecostales puedan incluirse en ese término).
Que la Iglesia Católica, comprada al precio de la sangre de Cristo, sea rebajada y confundida con cualquier creencia cristiana separada de la unidad de fe que pidió Cristo, es denigrarla.
Si el Papa, que tantas veces comparó a la Iglesia con María, habla así de la Iglesia, fomentando un ecumenismo confuso y rastrero, puede llevar al error a muchos. Y no está para eso. Aunque él se arrodille, no tiene porqué hacer arrodillar a la Iglesia.

jueves, 19 de febrero de 2015

Divide y vencerás

Estoy preparando dos próximas entradas para el blog. A los lectores, disculpen las tardanzas y espero comentarios (sean positivos o no). Gracias.
Una será (impostergable) sobre la homilía del Papa a los nuevos cardenales, aquella en la que sostuvo que "El camino de la Iglesia es el de no condenar a nadie para siempre". Y cuidado del que se escandalice de mi, parece decir el Papa. Si bien algunos comentaristas las relacionan directamente con las intervenciones que el mismo Francisco prepara para la siguiente etapa del sínodo, no deja lugar a dudas en sus próximos pasos. De un lado nosotros, los misericordiosos, y del otro ustedes, escandalizados, retrógrados, conservadores y tradicionalistas. La Iglesia no está para condenar, sí existe para llevar a los hombres a Dios, hacer presente a Cristo, formar en la recta conciencia, educarnos para vivir en la Verdad y el Amor. Cada uno se condena por sí mismo, si no elige el bien y le da la espalda a Dios. Y hoy quien parece alejar de Dios a muchos y escandalizar abiertamente no es otro que quien está sentado en la cátedra de Pedro. Devaluada y venida a menos. Y fomentando la división. Y ésto es de su propia cosecha, no es jesuita. 
La otra entrada será sobre el cierre de la semana de oración por la unidad de los cristianos, donde el difuso ecumenismo que el Vaticano II inició con la diluyente doctrina sobre la Iglesia, encuentra en Francisco su cumplimiento soñado.
Ya hay algunos valientes que empiezan a gritar al pasar el Papa, como en el Traje del Emperador, que va paseando desnudo.
Una perla:
Aunque se lo puede aplicar al actual, ésto opinaba Indro Montanelli hace 15 años:

«En una conversación con Juan Pablo II en su apartamento privado (…) Comprendí o creí comprender que este Papa dejaría tras de si una pila de escombros: Los de la estructura jerárquica y piramidal de la Curia Romana. Ahora, me parece comprender que esta intuición vagamente catastrófica pecaba si, por defecto; que lo que el Papa Juan Pablo II dejará detrás, no son solo las ruinas de la Curia Romana sino las de la Iglesia, al menos de la que nosotros hemos estado acostumbrados durante dos mil años a considerar tal, y que llevamos, nosotros, laicos, en la sangre». (Indro Montanelli – Corriere della Sera, 9 de marzo de 2000).

jueves, 29 de enero de 2015

La fe católica frente a lo no-católico [3]: el riesgo de la ambigüedad

La fe católica, a través del tiempo y del estudio de los evangelios, ha ido formando su Tradición, cuya imagen puede ser válidamente la de un río, con un cauce y un sentido, dirigido a conocer la presencia de Dios en el mundo a través de su revelación en Jesucristo, donde los márgenes del río señalan aquello en lo que la fe católica consiste y se desarrolla, diferente de aquello donde deja de ser católica, cuando se desborda y sale del curso del río.
En sus formulaciones, la fe es muy clara y sin ambigüedades. Que Jesús es verdadero hombre y verdadero Dios es una verdad de fe. Si afirmo que Jesús sólo tenía una apariencia humana, que fue sólo un gran profeta, que es un avatar de Dios, me alejo de la verdad y en el error.
La fe, estudiada por los Padres de la Iglesia, por ejemplo ha dado grandes obras de teología, que consiste en una explicación racional de la fe en Dios, en la Santísima Trinidad, en la Iglesia.
Cada uno puede cuestionar su propia fe. Preguntarse qué quiere decir. Una respuesta a ello es el Catecismo, o aquellas intervenciones del Magisterio para cuestiones específicas.
El Papa Francisco, en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, pidió a los jóvenes de Argentina "no licuar la fe". Licuar la fe, hacerlo aquello que la fe no es, es sinónimo de hacerla no- católica, salirse del cauce y de la dirección de ese río que nos entrega la Tradición de la Iglesia.

Y sin embargo...
El Papa Francisco también ha intervenido repetidas veces sobre el tema de la fe. En su Evangelii Gaudium, en relación a la Evangelización, habla específicamente de algunos aspectos de esta cuestión:
  • "Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. "(11)
  • "Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia."(35)
  • "A veces, escuchando un lenguaje completamente ortodoxo, lo que los fieles reciben, debido al lenguaje que ellos utilizan y comprenden, es algo que no responde al verdadero Evangelio de Jesucristo. De ese modo, somos fieles a una formulación, pero no entregamos la substancia. Ése es el riesgo más grave."(41)
  • "No hay que pensar que el anuncio evangélico deba transmitirse siempre con determinadas fórmulas aprendidas, o con palabras precisas que expresen un contenido absolutamente invariable. Se transmite de formas tan diversas que sería imposible describirlas o catalogarlas, donde el Pueblo de Dios, con sus innumerables gestos y signos, es sujeto colectivo."(129)

Aunque éstas cuestiones señaladas por el Papa sean referidas a la metodología en la evangelización o en la transmisión de la fe, siendo desde este aspecto válidas, lo que se deja entrever detrás de ellas es una toma de posición negativa y contraria respecto a la formulación de la fe en doctrinas, fórmulas o palabras, de las cuales la Iglesia misma tiene una experiencia y una enseñanza de casi dos mil años. 
Aquí, a diferencia de la gravedad del escándalo para la vivencia y adhesión a la fe, se manifiesta una actitud peyorativa respecto a una formulación de la fe clara y madurada, dejando al libre arbitrio de quién sabe qué interlocutor (quizá el mismo Papa se siente llamado a ésto), proclamar o revolucionar con esa "constante creatividad divina" que nos desafía con sus novedades.


Las cuestiones más cuestionadas a la Iglesia
Hay una serie de tópicos que desde hace décadas (en particular desde el Vaticano II) se vienen usando de ariete para derrumbar numerosas certezas de la fe y de la moral que ya están definidas y reafirmadas por el Magisterio, como la anticoncepción, el celibato de los sacerdotes, el divorcio, la comunión a los divorciados, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto, la eutanasia, la ideología de género, etc.
El Papa Francisco, cuando se ha manifestado públicamente sobre alguno de estos temas (no todos) ha afirmado que lo esencial seguirá como es hasta ahora.
Pero en muchos de sus gestos particulares, entrevistas, comentarios y acciones no parece apartarse de la mentalidad relativista que se presenta hoy en la cultura. En su ambigüedad manifiesta, nunca ha dejado en claro sus intenciones o pensamiento. Ha dejado, en cambio, muchas dudas en el camino.

Si leemos su discurso en la clausura del Sínodo sobre la familia (2014) esta postura se ha declarado abiertamente y sin dudas, cuando en su análisis de las tentaciones referidas al abordaje de la situación de las familias y de los matrimonios en especial, su primer (y más larga) crítica se dirige hacia aquellos que tienen certezas (de la fe) y que han sido una oposición notable para los planes de, al menos, quienes fueron puestos por el Papa para organizar el Sínodo:

  • "una: la tentación del endurecimiento hostil, es decir, el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos aún aprender y alcanzar. Desde los tiempos de Jesús, es la tentación de los celantes, los escrupulosos, los diligentes y de los así llamados —hoy— «tradicionalistas», y también de los intelectualistas.
  • La tentación del buenismo destructivo, que en nombre de una misericordia engañadora venda las heridas sin antes curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causas y las raíces. Es la tentación de los «buenistas», de los temerosos y también de los así llamados «progresistas y liberales».
  • La tentación de transformar la piedra en pan para romper un ayuno largo, pesado y doloroso (cf. Lc 4, 1-4), y también de transformar el pan en piedra y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (cf. Jn 8, 7), es decir, transformarlo en «cargas insoportables» (Lc 11, 46).
  • La tentación de bajar de la cruz, para contentar a la gente, y no permanecer allí, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en lugar de purificarlo y conducirlo al Espíritu de Dios.
  • La tentación de descuidar el «depositum fidei», considerándose no custodios sino propietarios y dueños, o, por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando una lengua minuciosa y un lenguaje pulido para decir muchas cosas y no decir nada. Los llamaban «bizantinismos», creo, a estas cosas..."
"El Dios de las sorpresas" para Francisco, que pareciera esperarnos con "nuevas certezas" en el camino que emprende de la Iglesia a partir del Sínodo. Pero esta búsqueda de novedades, este salir de las propias certezas, de aquellos escrupulosos o intelectualistas que el Papa descalifica, no deberían dejar de tener en cuenta una certeza que se verá al final de este año 2015 en la segunda etapa del Sínodo: 

Así advierte el Papa Francisco a los Padres Sinodales, por si quedaba duda:
"Por lo tanto, la Iglesia es de Cristo —es su Esposa— y todos los obispos, en comunión con el Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y servirla, no como padrones sino como servidores. El Papa, en este contexto, no es el señor supremo sino más bien el supremo servidor, el «servus servorum Dei»; el garante de la obediencia y la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y a la Tradición de la Iglesia, dejando de lado todo arbitrio personal, incluso siendo —por voluntad de Cristo mismo— el «Pastor y doctor supremo de todos los fieles» (can. 749) y también gozando «de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata e universal en la Iglesia» (cf. cann. 331-334)."

Estamos advertidos. Si hay cambios, o si se impidiesen esos cambios, el Pastor y doctor supremo de TODOS los fieles, es el Papa. El mismo que tiene la potestad SUPREMA, PLENA, INMEDIATA Y UNIVERSAL. El mismo que nos advierte sobre licuar la fe.

miércoles, 28 de enero de 2015

La fe católica frente a lo no-católico [2]: la gravedad del escándalo

El escándalo significa (literalmente) poner un obstáculo, una piedra, en el camino del otro.
Jesús lo condenó firmemente ("Ay del que escandalice a uno de estos pequeños...") y la Iglesia desde su tradición lo ha asociado al escándalo de la fe: el que otro, con sus acciones o afirmaciones, haga doblegar o caer en la propia fe, pudiendo incluso hasta arriesgarse a perderla. Muchas veces este escándalo pasa también por poner a prueba la propia fe.
El escándalo viene nombrado numerosas veces tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo.
El mismo Papa Francisco lo ha asociado a la incoherencia del cristiano, aquél que va a misa o reza pero no da testimonio, llegando a decir que "el escándalo mata" o que "el escándalo destruye la fe".
En la Evangelii Gaudium lo nombra en relación al trabajo y a que las divisiones entre cristianos de Asia y África escandalizan a los evangelizados.
Lo que creo que está en juego en este momento eclesial, donde el pensamiento no-católico parece estar ganando terreno, es justamente la prueba por la que la misma fe está enfrentando: que muchas palabras, acciones u omisiones del Papa Francisco escandalizan lisa y llanamente a numerosos católicos (me incluyo).
Es decir, el Papa se ha declarado "hijo de la Iglesia", hasta el momento no ha negado ningún dogma básico (abiertamente), nadie puede negar que sus audiencias de los miércoles son aceptablemente ortodoxas... pero muchas veces hasta aquí llega su proclamada (y denunciada) necesidad de coherencia.

El Papa puede recibir a quien quiera (la presidenta Kirchner todas las veces que quiera, políticos, sindicalistas, artistas, empresarios), algunos de ellos más impresentables que otros, pero está en su derecho. Sea Maradona, Porsche o la Harley Davidson.
Puede reunirse las veces que quiera con pentecostales, rabinos, imanes, luteranos, budistas, hinduístas, etc., en su búsqueda interreligiosa. Nadie se lo puede impedir. 
Puede llamar por teléfono las veces que quiera y hablar con quien fuera, trascendiendo alguna de estas veces (las peores) y sin duda hablará más veces de las que nos enteramos (para mejor). 
Puede dar entrevistas con el periodista que quiera, fijarse si transcriben bien en sus respuestas o si le hacen decir cosas que no dijo, y expresarse como le venga en gana. 
Puede también elegir o no qué países visitar, preparar viajes, volverse antes si hay un tifón y reunirse con quién quiera en cada visita. Nada que objetar. 
Puede al final del Sínodo (etapa 2014) sobre la familia recordar a los obispos que la última palabra la va a tener él, porque para eso lo eligieron Papa, y tiene, a su manera, razón. 
Puede escribir una encíclica sobre la fe a cuatro manos (aunque las manos que escribieron más fueron de otro) y si quiere, preparar una sobre la ecología, tema tan urgente para la Iglesia. 
Puede escribir en la "Evangelii Gaudium" (si la escribió él) que "el tiempo es superior a espacio" y todo eso que sólo él entiende, y todo bien.
Si a los cardenales de la Curia les enrostra sus quince enfermedades en la cara y se va tan contento, él sabrá porqué lo hace cuando los humilla de esa forma pública.
Todo eso puede porque es el Papa, nos guste o no.

Ahora, el drama es que cuando el Papa Francisco= Jorge Bergoglio hace la mayoría de las cosas que enumeré antes, y las va a seguir haciendo, escandaliza.
Y escandalizar es grave. Él también lo reconoce. Pero no se si se da cuenta de lo que hace.

Escandaliza con sus palabras, sus gestos, sus homilías en Santa Marta, sus condenas, sus ataques, sus obsesiones, sus entrevistas (en vuelo y en tierra), sus silencios repetidos sobre los católicos perseguidos, su "mediática" humildad y sencillez, su ambigüedad en muchos temas, su afán de complacer al público al que se dirige aunque luego se contradiga.

En este punto, no es un problema de fe, sino de escándalo.
Que puede hacer perder la fe.
Y el Papa lo sabe. En teoría. Quizás en la práctica no se da cuenta que lo hace. Y se lo han dicho en alguna de estas cuestiones. O debería darse cuenta solo. O no se lo dicen, alguno de los obsecuentes que lo rodean.
Es grave. Para la fe. Para la Iglesia.

martes, 27 de enero de 2015

La fe católica frente a lo no-católico [1]

En las últimas semanas viene dándose un fenómeno peculiar, que consiste en que desde varios blogs y páginas relacionadas con la fe católica aparecen frecuentemente analizar la distinción que existe entre lo católico (doctrina, moral, liturgia) de todo aquello que, aún queriéndose mostrar como tal, directamente no es católico y se aleja mucho de lo sustancial, con una fachada confusa y tramposa.
Decía Chesterton que "un error es una verdad que se ha vuelto loca", y creo que detrás de muchas de esas posturas tiene razón el escritor inglés.
En la entrada anterior sostenía que estamos en una época peculiar, donde la doctrina, el culto y la autoridad en la Iglesia está siendo "revolucionada" en palabras de algunos, defendidas por otros y con un gran número de católicos de a pie que somos espectadores de tires y aflojes, de enroques, de contradicciones y de ciertas situaciones que confunden y ensombrecen el panorama eclesial.
La fe católica, fruto del encuentro entre Dios y el hombre, entre la gracia y el misterio y la razón, es clara, está expresada abiertamente (el Credo es un ejemplo) y tiene razones para ser comprendida y aceptada, con ayuda de la gracia, para sostener la verdad. Por eso, es que hay expresiones que se corresponden con la fe católica y otras que francamente no. Por ejemplo, si el Vaticano II sostiene que la fe de la Iglesia es la religión verdadera, decir lo contrario no es justamente verdadero, ni católico.
Pero estas cuestiones están en duda hoy. La búsqueda de novedades, el no dejar encerrada la verdad, el plantear hipótesis o nuevas respuestas a cuestiones ya aclaradas repetidas y fundadas veces a los mismos asuntos, parecen poner en duda la certeza que nos da la fe.

[ Si lo vemos desde el estudio de las Sagradas Escrituras, el método histórico crítico y la mitología han venido desde dos siglos poniendo en duda las certezas dadas en la Revelación de Dios, en cuya cumbre encontramos la Revelación completa y definitiva en Cristo. Esas "sospechas" sobre las Escrituras las vemos hoy patentes y actuando en muchos biblistas y exégetas "católicos" que ponen en duda la historicidad de los evangelios, a pesar de todas las intervenciones del Magisterio en los últimos siglos. El ejemplo mayor de esta falsedad bíblica la presenta "Jesús, Aproximación histórica" de José Pagola. No niega ningún dogma cristológico, pero sostiene que de los evangelios no se puede extraer ninguna certeza histórica concreta, porque los evangelios han sido creados y armados artificialmente por los seguidores de Jesús.]

lunes, 26 de enero de 2015

La fe de la Iglesia apremia

Este blog tiene como objeto comentar ciertos aspectos eclesiales de la fe en nuestro tiempo presente, pero considerando que la situación de la Iglesia, aún con todas las garantías dadas por la asistencia del Espíritu Santo, vive un momento particular. Como ya aclaré antes, ni soy sedevacantista, ni tradicionalista, menos que nada progresista o neocon, mi referencia es el Catecismo (el de 1992) y, aún respetando y valorizando el Magisterio anterior al Vaticano II, no esperen que cite al Syllabus o a Trento, aunque considere que muchos de esos escritos tienen una novedad y una valentía que hoy no se ven en la Iglesia.
Si hablamos de fe, parrafraseando el nro. 815 del Catecismo, podemos afirmar que nuestra fe católica tiene tres particularidades que la hacen única y que, al que quiera y tenga la gracia, dan respuestas a toda la búsqueda que el sentido religioso tiene inscrito en nuestros corazones, en cuanto al sentido de nuestra vida y de nuestra felicidad: Jesucristo es la respuesta total al anhelo de verdad, justicia, belleza y bondad que el corazón busca. Y esta respuesta está presente y actuando en la Iglesia, la Iglesia Católica, la única que tiene la totalidad de los medios para nuestra salvación.

Esas tres características son:
- una fe en común, explicitada en una doctrina clara y sin ambigüedades, desde los tiempos apostólicos, que fue profundizándose desde los Padres de la Iglesia, los Apologetas, los Doctores, y patentizada en el testimonio de los Santos y los Mártires.
- una vida donde los gestos de amor de Jesús nos llegan a través de los Sacramentos.
- una autoridad que custodia el Depósito de la fe, que fue dada por Jesús a los Apóstoles y a Pedro, autoridad continuada sin interrupción en la historia en la persona de los Obispos y del Sumo Pontífice.

Es por todo ésto que este blog habla en particular de la fe vivida hoy en la Iglesia. En este momento que, a grosso modo, los esperados frutos del Año de la Fe convocado por Benedicto XVI pareciera que se han diluído y no han madurado. Y lo que siempre sostengo, si alguien como Benedicto había convocado a toda la Iglesia a revivir, conocer y experimentar la fe, siendo uno de los intelectuales de Occidente más profundo y más preparado, es porque realmente el problema de la pérdida de fe es enorme. La fe católica, y con ella la Iglesia, sobrevive en un tiempo donde quizás, como también dijera el Cardenal Ratzinger hace más de 30 años, quedarán relativamente pequeños grupos de católicos que puedan experimentar más profundamente su fe y su testimonio de una forma que sólo Dios podrá saber.

Y si tenemos en cuenta esas tras características de la fe, podemos decir en este momento particular que:
- la fe como doctrina está siendo atacada, desprestigiada, inoculada por un discurso pragmático, "pastoral", donde sólo importan "las novedades del Espíritu", donde la fe se nos presenta como un corset ajustado que no deja espacio para la "creatividad" o las "nuevas preguntas o hipótesis" para poder vivirla. Lamentable.
- la vida sacramental está siendo ninguneada, reducida a un moralismo barato, donde "cumplir" es contrario al discernimiento que las novedades nos regalan, donde una "misericordina" en grageas licúa el valor sacramental de cada gesto litúrgico, donde "las contadoras de rosarios, los pelagianos, los rigoristas, los nuevos fariseos hipócritas" parecen ser el denominador común de los que frecuentamos la Iglesia, por no decir fundamentalistas. Lamentable también.
- la autoridad apostólica está ahora representada por un Sumo Pontífice que muchas veces dice las cosas que sus interlocutores quieren escuchar, aún contradiciéndose permanentemente, buscando un ecumenismo rastrero donde la identidad católica se rebaja, desarrollando un magisterio de bajo vuelo, donde una entrevista vale tanto como una homilía improvisada o unas críticas despiadadas tanto a simples laicos como a cogotudos curiales. Resintiendo obviamente tanto la fe y la doctrina como la vida sacramental arriba citada. Si en un momento Francisco pidió a los jóvenes "no licuar la fe", en la práctica las manifestaciones, "gestos", intervenciones y reportajes "aéreos" del actual Papa están funcionando como una verdadera trituradora de lo que significa ser católico, en su totalidad.
  • Me gustaría hacer un blog sobre la Biblia, pero desconfío cuando la instrumentalizan y la reducen a una lectura protestante y ajena al Magisterio riquísimo y profundo de la Iglesia. Me hartan biblistas y exégetas que exponen sus falencias de fe en artículos paupérrimos. Sin ir mas lejos, en La Hojita del Domingo que se distribuye en las parroquias de mi tierra, editada por Paulinas, un tal Aderico Adolzani ssp, se da el lujo de "sospechar" que uno de los que siguieron a Jesús luego que Juan el Bautista lo señalara como el Cordero de Dios, podría ser el autor del evangelio (el otro es Andrés).
  • Me gustaría hacer un blog sobre Cristología, viendo que hoy la presencia de Cristo en la Iglesia se ve opacada, obnubilada, descartada frente a "este Papa" que viene a revolucionar la Iglesia con sus gestos y sus habilidades comunicacionales. Sostenido por una banda de obsecuentes que les importa más Francisco=Bergoglio que la figura del Papa en sí, que debería cuidar al rebaño antes que atosigarlo, alejarlo, confundirlo y juzgarlo sin misericordia alguna. Recomiendo siempre los tres tomos de "Jesús de Nazaret" de Benedicto XVI, quien haciendo tiempo de los pocos ratos que disponía, encaró su última obra sabiendo que nuestro conocimiento y amor a Jesús está siempre a prueba.

En fin. me gustaría estar menos distraído por este tipo de cuestiones, pero creo que el momento apremia. Hace rato que me lo vengo planteando y ahora lo pongo en palabras. Aunque Francisco sea el Papa que los Cardenales y el Espíritu Santo han creído necesario para este momento, no quiere decir que la Iglesia no siga sufriendo pruebas y persecuciones, nadie puede negar que los daños a la Iglesia pueden ser más fuertes y perniciosos cuando son dados desde dentro de ella que desde fuera, que Dios puede sacar bien aún del mal más perverso (me queda para otra entrada comentar el hecho que el mismo Papa no tenga respuesta a esta cuestión, quizás por estar más cerca de los aplausos y las luces de la popularidad que del Calvario y la Cruz). Puede ser que debamos ser probados en nuestra fe, pero con la certeza que Dios no nos dejará solos y así la fe podrá ser acrecentada. Estas situaciones apremian. Seguiremos entonces.


Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados.
Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
(2 Cor 8-11)


Santa Teresa vale un viaje

El Papa ha comunicado que no viajará a España para celebrar el 5to Centenario de Santa Teresa de Jesús.

Parece que visitar en Caserta por un día para ver a sus amigos pentecostales (debiendo luego anticipar un viaje relámpago para que los católicos no se sientan defraudados) o ir al Parlamento de Estrasburgo y volver en unas horas (tampoco visitando la Catedral del lugar) es más importante que otras actividades o salidas. Se podría armar en una sola jornada la celebración y darle tiempo al Papa de volver a tiempo para la cena.
Tampoco vendrá a Argentina este año, para no entrometerse en la vida política del país... luego de haber recibido a todos los políticos, sindicalistas, presidenta, artistas, deportistas, etc. de toda laya y color.
Pero si tendrá tiempo de visitar Bolivia, donde seguramente con el líder politico- religioso Evo Morales tendrá tiempo de venerar a la PachaMama, la Madre- Tierra, cuyos seguidores han entronizado a Morales como un pseudo-sacerdote de las religiones animistas de aquél país.
Lamentable lo de España. Considerando que hoy Europa es también periferia para la Iglesia y siempre tierra de misión.

martes, 20 de enero de 2015

El veneno del ecumenismo... y el rol de Francisco

Retomo en esta entrada las dos citas siguientes tomadas del Concilio Vaticano II:

Declaración "Dignitatis humanae", sobre la libertad religiosa
"En primer lugar, profesa el sagrado Concilio que Dios manifestó al género humano el camino por el que, sirviéndole, pueden los hombres salvarse y ser felices en Cristo. Creemos que esta única y verdadera religión subsiste en la Iglesia Católica y Apostólica, a la cual el Señor Jesús confió la misión de difundirla a todos los hombres, diciendo a los Apóstoles: "Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado".(nro. 1)

Decreto "Ad gentes", sobre la misión de la Iglesia.
"Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado se salvará, mas el que no creyere se condenará" (Mc., 16,15-16). Por ello incumbe a la Iglesia el deber de propagar la fe y la salvación de Cristo, tanto en virtud del mandato expreso, que de los Apóstoles heredó el orden de los Obispos con la cooperación de los presbíteros, juntamente con el sucesor de Pedro, Sumo Pastor de la Iglesia, como en virtud de la vida que Cristo infundió en sus miembros "de quien todo el cuerpo, coordinado y unido por los ligamentos en virtud del apoyo, según la actividad propia de cada miembro y obra el crecimiento del cuerpo en orden a su edificación en el amor" (Ef., 4,16). La misión, pues, de la Iglesia se realiza mediante la actividad por la cual, obediente al mandato de Cristo y movida por la caridad del Espíritu Santo, se hace plena y actualmente presente a todos los hombres y pueblos para conducirlos a la fe, la libertad y a la paz de Cristo por el ejemplo de la vida y de la predicación, por los sacramentos y demás medios de la gracia, de forma que se les descubra el camino libre y seguro para la plena participación del misterio de Cristo."(nro. 5).

A pesar de todas las reducciones, olvidos, simplificaciones y demás interpretaciones que se hicieron sobre los textos del Vaticano II (y su pretendido "espíritu", tan usado para tergiversar sus escritos) al menos los Padres Conciliares algunas cosas nos legaron en claro: que la única y verdadera religión es la de la Iglesia Católica, y que ella, en sus miembros, debe en la historia proclamar y propagar la fe y la salvación que nos da Jesucristo. Así (tanto pero tan poco) de sencillo. Desde el Papa hasta el último de los laicos.

Ahora que estamos en la Semana de oración por la Unidad de los Cristianos, amerita hacer unas reflexiones (son opiniones mías) en este año que vendrá movido por el festejo protestante del aniversarios de Lutero, al que seguramente la Iglesia (en la ecuménica cabeza de algunos de sus representantes) se unirá gozosamente como invitado de piedra. Y seguramente auspiciados por el Papa que jocosamente les dijo a un grupo de luteranos que lo visitaron que habían tenido coraje de ir a Roma cuando en otros tiempos la Inquisición los mandaba a quemar vivos.

¿Tiene sentido o algún sustento decir, como lo ha hecho el Papa aquí, 25 de Enero, que "Nuestros pecados, nuestra historia, nos han dividido y por ello debemos rezar mucho para que el Espíritu Santo nos una de nuevo"
¿Quién se separó de quién? 
¿Nos puede unir de nuevo el Espíritu cuando los luteranos, pentecostales, evangélicos, adventistas se separaron ellos para nunca más volver a la verdadera Iglesia, la Católica? 
¿Por qué a los católicos se les carga la culpa de los pecados y de una historia donde pareciera que alejó a los demás? 
¿Es que este tipo de ecumenismo es más valioso que lo que dijo la misma Iglesia de sí misma en el Vaticano II? 
¿A cuánto más de nuestra identidad católica debemos renunciar si hacemos caso el Papa Francisco?
¿O seguiremos ingenuamente pensando que los protestantes quieren la unidad con la Iglesia y pertenecer a ella?